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25-jun.-2024, martes de la 12.ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, al amanecer de este nuevo día que se inicia para nosotros, te damos gracias por tu bondad y misericordia.

Hoy, al amanecer de este nuevo día que se inicia para nosotros, te damos gracias por tu bondad y misericordia. Tus Palabras siempre nos ayudan a crecer y nos llevan por el camino de las bienaventuranzas (felicidad), si nos fiamos de Ti (fe) y nos decidimos a cumplirlas (obras); sabemos que no son fáciles, pero que están llenas de vida. Tú nos preguntas por el camino que queremos tomar: ¿el menos exigente y sin esfuerzo o el de la puerta estrecha, difícil y lleno de obstáculos? Nuestra respuesta a ti, que, al elegir, nos decidamos siempre por tu camino, que sabemos es de sacrificio y entrega, porque tú nos aseguras que es seguro y nos lleva verdaderamente a la vida. Sabemos que no todo es fácil en nuestra vida, pero teniéndote a Ti nada debemos temer. Guíanos y fortalécenos para que cuidemos la perla de nuestro corazón y no la demos al enemigo a causa de nuestra debilidad espiritual; que estemos llenos de buenos sentimientos y disponibles en amor y servicio para tratar a nuestros hermanos como queremos ser tratados nosotros mismos; que entre todos encontremos la puerta de tu corazón siempre abierta para mostrarnos el camino de la verdadera felicidad. Permite que vayamos a nuestras actividades cotidianas y que lo hagamos con verdaderos sentimientos de bondad, misericordia y generosidad. Danos la gracia de entrar por la puerta estrecha, porque sabemos que ella nos lleva a la felicidad y la esperanza. Que nuestra Madre nos acompañe y sea nuestro auxilio constante. Amén.

Un muy esperanzador martes lleno de satisfacciones y felicidades. 

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Cuando el sacerdote ofrece a Jesús en el altar y lo lleva a algún lado, todas las personas deberían doblar las rodillas y rendir al Señor, al Dios vivo y verdadero, alabanza, gloria y devoción» (san Francisco de Asís).

* «La liturgia es “obra de Dios”. Debemos disponernos mediante una actitud orante, con disciplina, paz (¡sin prisas!) y reverencia: ¡estamos a la vista de Dios!» (Benedicto XVI).

* «El camino de Cristo ‘lleva a la vida’, un camino contrario ‘lleva a la perdición’ (Mt 7,13). La parábola evangélica de los dos caminos está siempre presente en la catequesis de la Iglesia. Significa la importancia de las decisiones morales para nuestra salvación (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1696).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.