Pasar al contenido principal

6-ago.-2025, miércoles de la 18.ª semana del T. O.

... «bajar del monte» cargados con la fuerza del Espíritu divino para decidir nuevos pasos de conversión y testimoniar constantemente la caridad

Bendecidos en el amor de Dios despertamos e iniciamos el camino de este día, con fe y optimismo y sobre todo colocados en tus manos. Que todo lo que hagamos hoy sea para glorificarte. 

Nuestro Padre celestial nos dice: «Este es mi Hijo amado. Escuchadle». Que tu Palabra resuene en nuestros corazones y en nuestras vidas. Así como en la transfiguración iluminaste los ojos de la fe de tus apóstoles para que pudieran ver más allá de las apariencias y reconocerte como el Hijo amado, fortalece también nuestra fe en tu persona y en tu mensaje. Ayúdanos a reconocer algo de tu rostro en nuestros hermanos y a encontrarte siempre en los demás, para que caminemos contigo y participemos de tu gloria. Ayúdanos a transformar lo negativo a imagen tuya, arranca nuestras máscaras de egoísmo y pesimismo para que nos podamos encontrar y aceptar unos a otros como somos y que juntos intentemos ser aquello a lo que tú nos has llamado. Danos la gracia de comprometernos en solidaridad y fraternidad para que tratemos de cambiar estos duros y fríos corazones en un signo de amor que nos muestre que tú estás con nosotros. 

Que podamos exclamar como Pedro: «qué bien se está aquí», no para acomodarnos, sino para contemplar lo bueno que Tú haces por nosotros. Que transfiguremos nuestros rostros egoístas, mentirosos y pesimistas por los verdaderos rostros que Tú esperas de nosotros: rostros misericordiosos, solidarios y amorosos. A ti te alabamos, te bendecimos y te glorificamos. Te damos gracias. Amén. 

Feliz y bendecido miércoles. 

PALABRA DEL PAPA

La ascensión de los discípulos al monte Tabor nos induce a reflexionar sobre la importancia de separarse de las cosas mundanas para cumplir un camino hacia lo alto y contemplar a Jesús. Se trata de ponernos a la escucha atenta y orante del Cristo, el Hijo amado del Padre, buscando momentos de oración que permiten la acogida dócil y alegre de la Palabra de Dios. En esta ascensión espiritual, en esta separación de las cosas mundanas, estamos llamados a redescubrir el silencio pacificador y regenerador de la meditación del Evangelio, de la lectura de la Biblia, que conduce hacia una meta rica de belleza, de esplendor y de alegría. Y cuando nosotros nos ponemos así, con la Biblia en la mano, en silencio, comenzamos a escuchar esta belleza interior, esta alegría que genera la Palabra de Dios en nosotros. (…) Al finalizar la experiencia maravillosa de la Transfiguración, los discípulos bajaron del monte (cf. v. 9) con ojos y corazón transfigurados por el encuentro con el Señor. Es el recorrido que podemos hacer también nosotros. El redescubrimiento cada vez más vivo de Jesús no es fin en sí mismo, pero nos lleva a «bajar del monte», cargados con la fuerza del Espíritu divino, para decidir nuevos pasos de conversión y para testimoniar constantemente la caridad, como ley de vida cotidiana.  (Papa Francisco – Ángelus, 6 de agosto de 2017)

Oración introductoria

Señor, creo, auténticamente estoy convencido, que hoy me invitas a compartir esa vivencia que tuvieron Pedro, Santiago y Juan en mi oración. Dame tu luz para saber apartar toda distracción y poder contemplarte, conocerte y amarte más.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.