Pasar al contenido principal

#Evangelio - Del saber religioso a la práctica de la misericordia (14 de julio)

https://arquimedia.s3.amazonaws.com/28/evangelio-dominical/12072019-01jpg.jpg

En el evangelio de la misa de este domingo (Lucas 10, 25-37) un doctor de la Ley judía aborda a Jesús para ponerlo a prueba, la escena se presenta como un debate sobre…

En el evangelio de la misa de este domingo (Lucas 10, 25-37) un doctor de la Ley judía aborda a Jesús para ponerlo a prueba, la escena se presenta como un debate sobre la salvación. El texto se divide en dos partes, cada una con estructura similar: se inicia cada parte con una pregunta del doctor de la Ley a la que Jesús invita a encontrar la respuesta interpretando un texto, a la primera inquietud, Jesús propone ir al texto de la Escritura, a la segunda, Jesús mismo ofrece el texto de la historia del samaritano; el legista descubre una respuesta ahondando en el sentido de cada uno de los textos propuestos; cada parte concluye con una felicitación de Jesús por el hallazgo a la que agrega una invitación a poner por obra lo aprendido.

A la primera pregunta –«¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»– Jesús responde con una doble pregunta, en primer término, «¿Qué está escrito en la Ley?», luego «¿Qué lees en ella?». De esta forma Jesús está invitando al doctor de la Ley a pasar del texto de la Ley –lo escrito– a la responsabilidad frente al mismo texto –lo que lees en la Ley– se trata de un ejercicio de interiorización de la Ley.

En su respuesta el doctor vincula el amor a Dios con el amor al prójimo, así se señala el camino desde el saber religioso –conocer la voluntad de Dios– hacia el obrar moral.

Jesús felicita al letrado por el hallazgo –«Has respondido correctamente»– y enseguida lo invita a poner por obra esta enseñanza. La vida eterna, la salvación, se alcanza pasando del saber sobre la voluntad de Dios a la puesta por obra de la voluntad divina.

Allí pudo haber terminado el debate, pero el deseo de justificarse ante Jesús mueve al legista a abrir una nueva sección. Para buscar respuesta a la pregunta «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús propone interiorizar un nuevo texto: la historia del samaritano. El paso de la literalidad del texto hacia el sentido de este se facilita a través de la pregunta «¿Cuál de esos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?». Esos tres hombres son un sacerdote, un levita y un samaritano; en el tiempo de Jesús se comprendía fácilmente que el sacerdote y el levita son personas que se ocupaban del servicio a Dios, mientras que el samaritano desconoce la revelación y esto lo lleva a vivir al margen de las prácticas cultuales.

En su respuesta el doctor de la Ley señala que se portó como prójimo quien actuó con misericordia. Al interiorizar la historia del samaritano, el letrado pasa del saber religioso –el de los hombres del culto– hacia la práctica de la misericordia. Aunque la pregunta que abre esta segunda parte busca indagar sobre la naturaleza o entidad del prójimo –¿quién es mi prójimo?– la respuesta hallada dice cómo se hace uno prójimo. Esta posible falta de concordancia sirve para que Jesús proponga al doctor de la Ley pasar del saber religioso a la práctica de la misericordia: «Anda y haz tú lo mismo».