“… paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro,
y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo: “Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo,
y a Juan, su hermano... y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron
(Mateo 4, 12-23)
Pescadores de hombres. No se puede pescar sin la red del amor, sin un padre que custodie la barca, sin una barca con la que adentrarse en el mar. La red de las relaciones humanas es la única arma posible a los evangelizadores, porque con amor se tiene una gran pesca, el amor no debe ser sólo anunciado, sino llevado. Ser llamado de dos en dos quiere decir precisamente esto, llevar un amor visible concreto, el amor de hermanos que gozan de la misma paternidad, el amor de personas por las que corre la misma sangre, la misma vida.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pescadores de hombres...Inmediatamente... Dejaron... Siguieron... Palabras difíciles para nuestro estilo actual de vida. Responder a Dios: sí... pero con calma. Dejar lo que se está haciendo por el Señor Jesús: sí... pero con calma. Seguir al Señor Jesús: sí... pero antes es necesario pensarlo bien. ¿Y si tratáramos a hacer como Simón Pedro, como Andrés, como Santiago, como Juan: ¡inmediatamente!... ¡al instante! ¡dejándolo todo! ¡se fueron con Él!
Sergio Pulido Gutiérrez, Mons.
Canónigo Catedral Primada y Párroco San Luis Beltrán